Pablo Micheli. "Hay un salto cualitativo en la conciencia de la clase trabajadora".
En diálogo con ACTA, Pablo Micheli resaltó la fuerza de la organización
que los más de 1800 delegados acreditados, provenientes de Ushuaia a La
Quiaca, demostraron el sábado pasado en el Primer Encuentro de Delegados
de la Actividad Privada que se llevó a cabo en el micro estadio de
Ferrocarril Oeste: "Ferro nos empuja a que más allá de la ausencia de
legalidad se puede construir una Central de masas, parar el país y
discutir las grandes políticas de la Argentina para cambiar la
historia".
-¿Qué balance se puede hacer del encuentro?
La
verdad es que todavía estamos frente al impacto que nos generó
semejante encuentro. Todavía no hemos tenido una reunión de la
conducción para evaluar, aunque sí hemos tenido conversaciones
telefónicas aisladas y todos estamos con la misma sensación. En primer
lugar porque esperábamos la mitad de la cantidad de gente que hubo: hubo
el doble de lo que pensábamos, que para nosotros hubiera 1300, 1500
compañeros, era una maravilla.
Tengamos en cuenta que nosotros venimos de proyectar en resoluciones,
en congresos esto. Venimos de una propuesta en abstracto con todos los
impedimentos que signifca una Central que no está reconocida, que no
tiene personería gremial y que a la vez está constituida
fundamentalmente, en su gran mayoría, por sindicatos simplemente
inscriptos, más allá que tengamos sindicatos con personería gremial como
el caso de ATE, Cetera, AAPM o Conadu o Judiciales, lo cierto es que
hay muchísimos sindicatos en la Central que son ilegales frente a este
Gobierno y este modelo.
En este contexto plantearse el desafío primero teórico de convocar a
los sectores privados y abordarlos ya fue de una audacia espectacular.
Aquellos compañeros que en el Congreso de Mar del Plata, con 10 mil
delegados, con Víctor (De Gennaro) a la cabeza toman esta decisión, la
verdad es que eran unos corajudos bárbaros, porque la verdad es que no
había una madurez en la Argentina para entender la pluralidad sindical,
la necesidad de la diversidad, de que los trabajadores y trabajadoras
pudiéramos elegir entre una, dos, tres centrales. Veníamos de una
práctica de unicato inclusive en el mundo. Frente a ese desafío, 10 años
en la historia del movimiento obrero en Argentina es un suspiro y en 10
años nos encontramos frente a este micro estadio de Ferro del día
sábado.
-Vos lo dijiste en la apertura.
Yo
conté la anécdota que hace 3 años habíamos convocado cuando yo me
enfermé y éramos 150 y este sábado éramos 1800 delegados y la diversidad
de sectores que había. Bueno esto habla a las claras del momento que
estamos viviendo, más allá de las dificultades que tenemos, hay un salto
cualitativo en la conciencia de la clase trabajadora en la Argentina.
Los trabajadores están dispuestos a pelear y a no renunciar más la
posibilidad de elegir, esto lo demostraron el sábado: las intervenciones
fueron de un nivel impresionante. Hay mucha decisión a organizarse, a
crecer, a ser una CTA de masas y a construir la medida de fuerza que sea
necesaria para cambiar este modelo económico. Me parece que el programa
que salíó del encuentro muestra a las claras que no estábamos tan lejos
de la realidad en la mesa nacional de la CTA y esto es gracias a que
recorremos el país sistemáticamente, lo que nos permite tener un
conocimiento de lo que está pasando en la Argentina real que hace que
después no haya grandes diferencias con el pliego de reivindicaciones
que planteó la Mesa Nacional con los secretarios generales de las
provincias para el paro del 11 de octubre, con lo que pidieron los
compañeros en el plenario.
Por otra parte, me parece que también nos está diciendo la gente, los
delegados, este encuentro del sábado que somos un poco más de lo que
nosotros creíamos, que nuestra política, nuestra construcción, nuestra
forma de construir organización está mucho más arraigada en la
conciencia de los trabajadores y trabajadoras de lo que nosotros
imaginábamos, inclusive de lo que vemos en las recorridas, hay mucho más
todavía: está en nosotros animarnos en serio a cambiar de ser una
Central importante pero pequeña a ser una Central de masas en serio. La
gente nos empuja a eso, Ferro nos empuja a que más allá de la ausencia
de legalidad se puede construir una Central de masas y se puede parar el
país y discutir las grandes políticas de la Argentina y se puede
cambiar la historia.
-Además hubo una representatividad muy alta, un amplio arco
de organizaciones desde los tareferos de Misiones hasta los trabajadores
de las nuevas tecnologías.
Quedaron
muchísimos compañeros sin poder hablar, yo me sorprendí cuando abrimos
la lista de oradores: llovían los papelitos porque había que anotarse en
un papel. Previo a esto hubo un debate entre nosotros sobre si había
que formar comisiones o había que hacerlo todo plenario y había
compañeros que decían que si no hacíamos comisiones la gente no se iba a
animar a hablar y yo les decía que éste es otro momento histórico, que
los compañeros se iban a animar, que tenían ganas de hablar, que no
tienen prejuicio, que están mucho más consolidados y en ese sentido no
nos equivocamos. La muestra más clara fue la compañera tarefera (Vera
Salazar) que hizo temblar las paredes de ese lugar y las ovaciones que
se llevó por su claridad, pero todos los compañeros y compañeras que
intervinieron fueron muy claros, con mucho sentido de lo que querían y
lo que quieren, de dónde están parados; nadie fue arriado, nadie fue por
quedar bien con algún dirigente, ahí todos fueron por su conciencia de
clase y eso tiene un valor superlativo.
-A horas del encuentro, ya se están cosechando logros.
Ya
hoy hemos recibido pedidos de compañeros que se quieren sumar a la CTA y
de compañeros que se están preparando para disputar su sindicato en las
elecciones: ha habido un empujón después de lo del sábado que ha sido
potencial. Lo maravilloso es ver la fuerza que existe en esta Central y
las perspectivas: no tiene límites, estamos en condiciones de dar un
salto impresionante en lo cualitativo y lo cuantitativo. Este encuentro
duplicó nuestras expectativas no sólo por el número sino por la calidad
de las intervenciones y por la representatividad.
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Julio Ortellado: "La CTA va camino a los 4 millones".
El sábado en Ferro, la CTA demostró su capacidad de organización: 86
sindicatos privados participaron del encuentro que por su magnitud
pasará a la historia. En Diálogo con ACTA, Julio Ortellado, director de
Organización de la Central, cuenta en números la calidad de la jornada.
-¿Cuántas organizaciones vinieron?
En
total hubo 86 organizaciones sindicales pero que tienen diferente
representación en diferentes provincias o ciudades. Por ejemplo, en
comercio: hay diferentes sindicatos de comercio en las provincias, lo
mismo que los remiseros, los de la seguridad privada, los trabajadores
de prensa. Podríamos decir entonces que las organizaciones en sí
duplicaron ese número: estaríamos hablando de 160 organizaciones reales.
Después hubo cooperativas de trabajo y fábricas recuperadas. El
universo fue un 90 por ciento del país cubierto en representación.
-Capital y Buenos Aires tuvieron las delegaciones más numerosas.
Sí,
los que más aportaron fueron Capital con 200 compañeros y la provincia
de Buenos Aires con 467 acreditados, todos representando a sindicatos.
Fue un exitazo.
-¿Y de las demás provincias?
Hubo
una gran representatividad: los tareferos de Misiones, los trabajadores
del azúcar de Jujuy, los del comercio de Ushuaia, los petroleros de
Santa Cruz, los bancarios de Capital, los pescadores de Corrientes, fue
un encuentro muy variado y muy diverso, lo que demuestra el poder de la
construcción.
-Y de la organización.
El
éxito es el saldo organizativo porque esto se pudo ir construyendo a
medida que se fue avanzando en el debate en cada una de las provincias y
hubo regiones como la zona del litoral (Misiones, Corrientes, Chaco,
Entre Ríos) que en principio nosotros preveíamos que con un micro se
garantizaba la presencia de los comapñeros y sin embargo la zona de
Entre Ríos se garantizó por sí misma, al igual que Misiones (entre
compañeros tareferos, papalereos y demás), por otro lado también
Corrientes con casi 60 compañeros de diferentes puntos de la provincia
(Monte Caseros, Curuzú Cuatiá, Mercedes).
-Además hubo gremios nuevos.
Sí,
en este tiempo surgieron nuevos gremios como los técnicos de seguridad
laboral y Chaco que también aportó su variedad: textiles, Simeca,
compañeros del sindicato de la carne. De un micro que pensábamos para
todo el litoral, vinieron 4. Pero el éxito no se debe sólo a la
cantidad sino también a la participación y a la mística.
-Y la calidad del debate.
Hubo
casi 3 horas y media, casi 4, de debate efectivo en las que hablaron
más de 70 personas. Lamentablemente no pudieron hablar todos por una
cuestión de tiempo, quedaron afuera 40 compañeros. Todos participaron
con un debate político muy alto en función de hacia dónde tenemos que
ir, qué agenda tenemos que discutir y esto no deja más que pensar que
hay una posibilidad de seguir peleando, de seguir organizándonos y de
que la CTA va camino a los 4 millones naturalmente: es nuestro destino.
Si seguimos trabajando en este sentido vamos a llegar a los 100 mil
delegados, lo que se planteó más temprano que tarde como objetivo
político.
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